Desde la infancia me he dedicado profesionalmente a la música y a diferentes artes como pintura, audiovisuales, decoración, teatro, escenografía, danza... a pesar de ello siempre sentí verdadera atracción por la sanación, la psicología y las pseudociencias (ciencias basadas en la intuición y la observación, no reconocidas como tal por su falta de rigor científico). Bauticé este proyecto con el apellido vasco de mi abuela Azurmendi = Monte de huesos, al cual atribuyo la energía que me motiva a hacer que los demás se sientan bien, ayudarlos a sanarse.
En mis manos quedó la música,
eco en sus grietas,
armonía en las yemas
y ahora resuena en tu cuerpo.